En el año 711, los musulmanes del
norte de África penetran en la península Ibérica venciendo a los visigodos en
la batalla de Guadalete. Así se inicia la historia de Al-Andalus que terminará
en 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Los siete siglos
de permanencia de los musulmanes dejarán una profunda huella islámica en la
cultura hispánica.
Los musulmanes crean un arte
propio e inconfundible que se caracteriza por la fusión de rasgos clásicos,
bizantinos, persas, cristianos y de cada uno de los pueblos que dominaron,
logrando originales y bellas síntesis.
Urbanismo y arquitectura
La ciudad fue el núcleo de la
civilización islámica. Se sitúa en lugares estratégicos y su trazado es irregular con calles estrechas. El corazón
de la ciudad es la medina, recinto amurallado, en la que se ubicaban los
edificios oficiales y de uso colectivo: la mezquita mayor o aljama, el
palacio o alcázar, el zoco o mercado o los baños. Las casas
musulmanas son intimistas con un patio
interior y apenas huecos hacia la calle. Fuera de las murallas se situaban los
arrabales, barrios autónomos de judíos o cristianos, oratorios al aire libre,
lugares de esparcimiento y los cementerios. En torno a la ciudad se extendía
una zona de huertas y casas de campo.
La vida musulmana gira en torno a
los preceptos coránicos, especialmente la oración común de los viernes (día
sagrado), así, la mezquita será el eje del arte islámico. Otras construcciones
monumentales son los baños públicos (hammam), los mercados (alhóndigas), las
escuelas coránicas (madrazas), los palacios y residencias señoriales
(alcázares, almunias) y fortificaciones defensivas (murallas y alcazabas).
Los edificios suelen ser de
poca altura, integrados armónicamente en el paisaje o inscritos en el
laberíntico trazado urbano. Muestran gran sobriedad exterior reservando el lujo
para los interiores. Utilizan materiales pobres (ladrillo, tapial, yeso y
madera). Se da un predominio de los volúmenes geométricos, de contenido
simbólico, destacando el cubo y la esfera. Los soportes son muros gruesos,
columnas y pilares.
Emplean gran variedad de
arcos, entre ellos destaca el de
herradura de herencia visigoda y otros como el peraltado, el polilobulado, etc.
Las cubiertas presentan gran variación, usando techumbres planas o abovedadas y
es singular, la creación en Córdoba, de la bóveda califal o de nervios
que no se cruzan en el centro.
Córdoba
La decoración arquitectónica,
abundante en interiores repite una temática de motivos vegetales estilizados
(atauriques), cintas entrecruzadas (lacerías), alicatados de cerámica vidriada
e inscripciones en escritura cúfica (recta) o nasjí (cursiva).
Ataurique ( Granada )
Lacerías ( Alhambra, Granada )
Caligrafía Cúfica
Escritura Nasjí (La Alhambra)
La escultura y la pintura islámicas son escasas, en La Alhambra de Granada hay dos curiosas muestras de ambas: los leones de
la fuente del Patio de los Leones y las pinturas de la Sala de los
Reyes
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