El Islam (el que se somete a la voluntad de Allah) nace con
Mahoma en la lejana Arabia. A la muerte del Profeta en el 632 la península Arábiga
está unificada, y sus primeros descendientes –los llamados califas ortodoxos o
perfectos- llevaron las fronteras del Islam y la nueva religión a nuevos territorios:
Egipto, Siria, Mesopotamia... en un asombroso y fulminante proceso expansivo. La
conquista del título califal por la familia siria de los Omeyas llevó a estos a lugares
más lejanos como España. En el año 711 y aprovechando la decadencia de los
visigodos, llegan a España los musulmanes, su presencia política durará casi
ochocientos años, pero su permanencia religiosa durará prácticamente hasta su
expulsión definitiva a principios del siglo XVII. La influencia de esta cultura en el
desarrollo de la Historia peninsular ha sido determinante.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La conquista:
Los musulmanes entran en la Península en el año 711 con la batalla de Guadalete.
Una vez en España se
deshicieron rápidamente de los visigodos y establecieron un nuevo poder, vinculando
los destinos peninsulares con los de todo el mundo musulmán durante siglos. Los
visigodos no opusieron casi resistencia y los nuevos dominadores en cuatro años se
hicieron con el control de la Península.
En algunas zonas como el sureste peninsular, los
dirigentes locales pactaron su rendición con los musulmanes a cambio de conservar las
propiedades y la religión cristiana. La inmensa mayoría de la población se mostró
indiferente ante este cambio de dueños. El peso demográfico de los recién llegados fue
mínimo, se cree que no pasaron de 100.000 en un primer momento, pero lo cierto es que
la inmensa mayoría de la población cambió sus nombres por los árabes y abrazó la
nueva religión, en ello influyó el hecho de que los creyentes musulmanes pagaban
impuestos mucho más reducidos que los cristianos.
El emirato dependiente de Damasco (711-756):
España, será conocida por los árabes como Al Andalus, se convierte en una
provincia (emirato) más del Islam, gobernada por un emir nombrado entre los árabes del
norte de África por el califa (máxima autoridad en lo político y en lo religioso del Islam)
Omeya residente en Damasco. En Al Andalus fueron años de inestabilidad ante el
enfrentamiento entre los árabes de sangre y los bereberes (musulmanes del norte de
África). En el año 722 tuvo lugar: la batalla de Covadonga en Asturias, este
hecho de armas marcaría el inicio de la expansión de los cristianos hacia el sur. El
intento de extender el Islam más allá de los Pirineos fue frenado por los francos en la
batalla de Poitiers en el 732.
El emirato independiente (756-929):
En el 750 la familia de los Abasidas se hace con el poder califal en Damasco tras
exterminar a los Omeyas. Un príncipe Omeya superviviente –Abd-Ar-Rahman I,
conocido como Abderramán en las crónicas cristianas- logra huir a la lejana Al Andalus
y hacerse con el poder. Se proclama emir independiente de Bagdad, la nueva capital de
los Abasidas, aunque sigue reconociendo la autoridad religiosa del califa. Esta etapa
significó la consolidación y la reorganización de los musulmanes andalusíes.
El califato de Córdoba (929-1031):
En el año 929 Abderramán III se proclamó califa, consolidando así la independencia
de Al Andalus, fue la etapa más floreciente de los musulmanes en España. Con su hijo
y sucesor Al-Hakam II la civilización árabe adquiere su cenit. El máximo apogeo militar
se produce en el cambio de milenio cuando Almanzor –visir del joven Hixem II- hizo
retroceder a los cristianos destruyendo Santiago, Barcelona... Tras la muerte de
Almanzor Al Andalus se sumerge en una etapa de desórdenes y crisis y el Estado
cordobés acabaría fragmentándose en un sinfín de pequeños estados denominados
taifas.
Los reinos de taifas (1031-1090):
Tras el asesinato del último califa, Hixem III, en 1031, Al-Andalus se dividió en un
mosaico de pequeños estados, algunos de ellos minúsculos, que luchaban entre sí y
contra los cristianos del norte que, aprovechando su desunión avanzaron hacia el sur.
Progresivamente el número de taifas fue disminuyendo ante la expansión de las más
poderosas (Badajoz, Granada, Toledo, Sevilla, Valencia...). En contraste con su
debilidad política se produjo un gran esplendor económico, artístico y cultural.
Ante el avance amenazador de los cristianos –Alfonso VI toma Toledo en el año
1085- son conscientes de su desunión y piden ayuda a sus hermanos en la fe del norte de
África.
El dominio almorávide (1090-1145) y las segundas taifas (1145-1175):
En Marruecos se ha formado un gran imperio dirigido por unos musulmanes de
reciente conversión y de una religiosidad extremada: los almorávides. Su rey Yusuf Ibn
Tashfin cruzó el Estrecho y derrotó a los cristianos en 1086 en la batalla de Zallaqah o
Sagrajas, en las proximidades de Badajoz. Cuatro años después volvió a la Península y
barrió a todos los reinos de taifas unificando Al Andalus e incorporándolo a su imperio
norteafricano. Con todo, el poderío almorávide no pudo evitar la expansión cristiana
(toma de Zaragoza en 1119) ni recuperar Toledo.
El celo religioso frente al carácter más tolerante de los musulmanes españoles, así
como el hundimiento de los Almorávides en África frente a un nuevo poder, los
almohades, motivaron la desaparición de los almorávides y el surgimiento de nuevo de
los reinos de taifas hasta el 1175.
Los almohades (1175-1232):
Los segundos reinos de taifas caerán ante la
llegada de los almohades, que logran unificar nuevamente Al Andalus. Su momento de máximo apogeo se produjo a finales del siglo XII. Frente al apoyo local que tuvieron los
almorávides en un primer momento, los almohades no contaron con la colaboración de
los musulmanes españoles que estaban cansados del intervencionismo norteafricano. Su
poder se basaba en un poderoso ejército, y cuando éste sucumbió ante los reyes
cristianos en 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa, se hundió también el poderío
almohade. Aunque se formaron nuevamente taifas, todos serían conquistados de manera
fulminante por los cristianos. El único que logró resistir fue el reino de Granada.
Reino nazarí de Granada (1236-1492):
Debe su nombre a Muhammad Ibn Nasr, el fundador de un reino que se levantó
sobre las ruinas almohades y que desde 1237 hizo de Granada su capital. Fue el último
reducto musulmán en la Península y se mantendría hasta las campañas de los Reyes
Católicos a finales del siglo XV. Las razones de que permaneciera casi dos siglos y
medio son claras:
• Zona muy rica que paga impuestos elevados a Castilla.
• Potencial demográfico elevado.
• Zonas escarpadas (Sistema Penibético) de difícil conquista.
• Hábil diplomacia que negocia paces y treguas con los castellanos.
• Guerras internas en Castilla en los siglos XIV y XV.
El reino de Granada se extendió por las actuales provincias de Granada, Málaga y
Almería.
ECONOMIA
- Agricultura:
Era muy desarrollada. En relación con los cultivos de secano se sigue con la
tradicional trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo). Los excedentes de trigo y aceite
se dedicaban a la exportación, y el vino se seguía consumiendo a pesar de las
prohibiciones religiosas. En cuanto al regadío surgieron huertas próximas a las
ciudades, los árabes perfeccionaron los sistemas de regadío con la utilización de
acequias, norias... A los musulmanes se debe la introducción del arroz, algodón, azafrán
y caña de azúcar.
Sobre la propiedad de la tierra, podemos decir que aumenta el latifundismo, en
Andalucía los jefes visigodos huyen y sus grandes posesiones pasan a los señores
árabes. El Estado era el propietario de 1/5 de las tierras, las otras cuatro partes las tenía
los terratenientes que las arrendaban a los xaric, campesinos equivalentes a los siervos. El minifundismo estaba en retroceso y se daba sobre todo en las zonas de
regadío.
- Industria y comercio:
La artesanía adquirió una importancia excepcional en un mundo urbano como fue Al
Andalus. Destacaron los talleres que fabricaban artículos de lujo ante una población con
un alto poder adquisitivo: marfiles, cordobanes (artículos de cuero), tejidos, brocados...
Durante gran parte de su existencia Al Andalus controló las rutas de oro del Sudán y
este oro sería la base de un sólido sistema monetario basado en el dinar de oro y el
dirhem de plata, equivalente a la décima parte del dinar..
Las rutas comerciales iban hasta Bizancio y la India. El comercio andalusí estaba integrado en el marco general de
la economía del mundo islámico.
- Urbanismo:
Desde el punto de vista urbanístico
predominaban los planos irregulares y las calles estrechas para garantizar la defensa
contra el calor. La parte antigua era la medina, estaba presidida por la mezquita aljama
(mezquita mayor), alrededor de ella es establecía el zoco o mercado. Más allá estaban
las mezquitas de barrio y los arrabales (barrios extramuros de la ciudad). En la zona alta
estaba la alcazaba o palacio del gobernante. El prototipo de ciudad musulmana fue
Córdoba, que llegó a tener casi medio millón de habitantes durante el califato, en
marcado contraste con ciudades como Londres, París o Roma.
Las ciudades adquirieron una importancia que no tenían desde el Imperio Romano, y contrastaban con las ciudades cristianas que eran insignificantes. En Al Andalus se crearon nuevas ciudades (Murcia, Guadalajara, Albacete, Madrid...) y crecieron otras anteriores (Sevilla, Badajoz, Zaragoza...).
Eran importantes como centros industriales, donde estaban los talleres artesanales, eran también la base del comercio a larga y corta distancia, que se realizaba en los zocos.
SOCIEDAD
- La población:
No se tienen muchos datos sobre la población, se cree que los aportes exteriores no
pasaron en todo el desarrollo histórico de 200.000 habitantes, la población total anduvo
sobre los siete millones en el siglo X. Como hemos visto la población se concentró en
ciudades, aunque el campo también estaba muy poblado. La zona más habitada era el
valle del Guadalquivir, y la más despoblada el valle del Duero, expuesto a los ataques
cristianos.
-Los grupos étnicos:
Había una gran variedad y estaban muy jerarquizados, a pesar del igualitarismo
predicado por la religión islámica. Veamos los grupos más importantes:
• Árabes: Proceden de Arabia, Siria y zonas próximas. Se consideran
próximos al Profeta y forman una selecta minoría de gobernantes,
guerreros y terratenientes. No sobrepasan el 1 %.
• Bereberes: Son la mayoría de los invasores y provienen del norte de
África. Poseen las tierras más pobres. Serán frecuentes sus rebeliones
contra los árabes
.
• Judíos: Son una pequeña minoría que se dedican al comercio, a la
medicina y a la usura. Viven sobre todo en las ciudades.
• Hispanovisigodos: Son el 98 % de la población, según su actitud
ante la nueva religión se clasifican en: muladíes o conversos al Islam, es
la mayoría; y mozárabes o cristianos que viven bajo el Islam y pagan un
tributo a los musulmanes. Socialmente es la clase más baja.
-Estructura social:
Desde el punto de vista social vemos una clase dirigente constituida por la
nobleza de sangre, casi siempre de origen árabe, y una nobleza que adquirió ese
estatus al servicio del Estado. La nobleza acapara los principales cargos públicos y
es la dueña de casi todas las tierras. Frente a esta clase dirigente y propietaria
encontramos una clase no privilegiada que engloba a la burguesía urbana (artesanos, comerciantes y profesionales liberales), las masas urbanas que han huido del campo,
los muladíes y los esclavos, entre estos últimos son frecuentes las revueltas.
El poder político:
A la cabeza del estado se encontraba el emir o califa que fue consolidando su
poder haciéndose totalmente independiente de Oriente, y los diversos reyes en los
reinos de taifas. Siempre el poder se desarrolló de una manera absoluta, el
gobernante concentraba en su persona todos los poderes: civil, militar, religioso...
El poder del gobernante descansaba sobre una bien organizada administración
copiada de Oriente y con el palacio como núcleo de poder.
Los funcionarios más
importantes eran: los valíes o gobernantes provinciales, el visir o primer ministro,
los amires o jefes del ejército... en las ciudades el cadí o juez, zalmedina o policía...
Para pagar a toda la administración se contaba con un eficaz sistema de recaudación
de impuestos, los musulmanes pagaban el zaqat o limosna legal, y los cristianos y
judíos el jarach y la chizya en concepto de protección.
Para garantizar la seguridad
frente a un ataque exterior, y para extender las fronteras, se contaba con un poderoso
ejército que fue reestructurado por Almanzor, con él se iniciaba en primavera, las
razzias o expediciones de castigo y saqueo contra los cristianos, este ejército se
acantonaba en las marcas o zonas fronterizas con los reinos del norte.
El mundo de la cultura y el saber
La cultura musulmana se caracteriza por recopilar y sinterizar elementos de los
pueblos sometidos.
En Al Andalus se adoptó el árabe como lengua y se integró en el mundo
intelectual de Oriente. El papel fundamental que desarrollaron los musulmanes
españoles fue servir de puente para que la cultura oriental entrase en Europa.
También recopiló textos clásicos perdidos. En tiempos del califa Al-Hakam II
Córdoba era la ciudad más famosa del mundo conocido por su brillo cultural y su
espíritu de tolerancia, en esta época se escribieron un gran número de obras de
literatura, astronomía, matemáticas... Durante la época de los taifas se producirá un
nuevo brillo cultural, de esta época es Ibn Hazm, autor del El collar de la paloma,
un tratado sobre el amor.
En el siglo XII destacaron grandes pensadores como
Averróes (que reinterpretó y acercó Aristóteles a Europa)
y el judío Maimónides,
autor de tratados de medicina que influirían mucho en el mundo cristiano.
ARQUITECTURA
Está integrada en el arte oriental, pero aceptando elementos autóctonos. Dos
tipos de edificio serán los más importantes: la mezquita y el palacio. Entre las
mezquitas la más importante es la de Córdoba, construida durante el emirato y el
califato.
Utilizan los arcos, las columnas y la bóveda. En la arquitectura musulmana
tiene mucha importancia la decoración que reviste el edificio con tres tipos de
motivos: epigráficos (la grafía árabe), vegetales y geométricos.
En cuanto a la
utilización de materiales destacan desde los más nobles (mármoles, sillares...) hasta
los más pobres (yeso, azulejo...) pero revestidos con gran magnificiencia.
En cuanto
a la construcción de palacios se adaptan a la naturaleza, se desarrollan en torno a
patios y el jardín y el agua son fundamentales. El más destacado, pero no el único,
es el de la Alhambra de Granada, realizado principalmente entre los siglos XIV y
XV.
MONUMENTOS A DESTACAR
ARTE CALIFAL
El arte califal toma
elementos del arte romano y visigodo: sus construcciones se superponen sobre
edificios anteriores; utiliza materiales de acarreo como columnas, capiteles,
etc., de antiguos monumentos hispánicos; asume sistemas constructivos romanos y
adopta el arco de herradura visigodo, enmarcado por una moldura o alfiz. Del
arte bizantino recoge el lujo y colorido de los mosaicos.
Mezquita Aljama de Córdoba
Medina Azahara Córdoba
Alminar iglesia de San Juan ( Córdoba )
Mezquita de Almonaster (Huelva)
Influencias Norte Africanas : Almohades y Almorávides
El avance de los cristianos y la
rivalidad entre los reyes taifas favoreció el dominio en Al Andalus de pueblos
islámicos del norte de África: los almorávides, en el siglo XI y de los
almohades en el XII.
Los almorávides generalizan la
decoración de mocárabes, especie de estalactitas de yeso, un alfiz que corta
los lados de los arcos, el pilar y unas bóvedas de nervios finos o caladas,
además de un tipo de residencia con jardines y estanques que son precedentes de
los granadinos. En Andalucía se conservan pocos restos almorávides.
El dominio almohade dejó en Al
Andalus una profunda huella y una evidente unidad con el norte de África. En el
arte se advierte una pureza de líneas, acorde con la ortodoxia de la fe
islámica e influencias califales. Construyen
fortificaciones con torres defensivas o albarranas. Crearon una decoración
característica, consistente en unos entramados de rombos o paños de sebka que
recubrirán los muros y utilizaron, además, la cerámica vidriada, los mocárabes,
el pilar cuadrado, el arco de herradura apuntado y finas molduras o listeles.
También fueron expertos en el arte del metal.
Entre las obras dejadas por los
almohades hay que destacar:
Alminar de la Giralda (Sevilla)
Patio de los Naranjos ( Sevilla )
Arte Nazarí en Granada
En el año 1212, los cristianos
vencen a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) y aparecen
de nuevo los débiles reinos taifas. El más importante será el reino nazarí de
Granada.
La arquitectura nazarí se caracteriza por su perfecta
integración en el entorno, por la sobriedad de los exteriores, por sus formas
geométricas puras, por la sabia combinación de espacios cerrados (edificios) y
abiertos (patios) y por la profusa decoración de interiores.
Utiliza materiales
pobres como el tapial y la mampostería. Los arcos de media circunferencia peraltados y mixtilíneos, con
frecuencia se usan como decoración más que con función constructiva, dando
lugar a bellos muros-pantalla.
Las columnas nazarítas son finas y esbeltas.
Una decoración abundante recubre
zócalos, muros y bóvedas con bellas yeserías y coloristas alicatados, cuyos
motivos son los lazos, los mocárabes, los atauriques e inscripciones poéticas.
Esta decoración aporta a los edificios gran fantasía y juegos de luz y color.
Los monumentos emblemáticos son la
Alhambra de Granada y el Generalife residencia veraniega
con jardines de refrescantes fuentes.
Alhambra de Granada
Generalife, Alhambra de Granada
El avance de los cristianos y la
rivalidad entre los reyes taifas favoreció el dominio en Al Andalus de pueblos
islámicos del norte de África: los almorávides, en el siglo XI y de los
almohades en el XII.
Los almorávides generalizan la
decoración de mocárabes, especie de estalactitas de yeso, un alfiz que corta
los lados de los arcos, el pilar y unas bóvedas de nervios finos o caladas,
además de un tipo de residencia con jardines y estanques que son precedentes de
los granadinos. En Andalucía se conservan pocos restos almorávides.
El dominio almohade dejó en Al
Andalus una profunda huella y una evidente unidad con el norte de África. En el
arte se advierte una pureza de líneas, acorde con la ortodoxia de la fe
islámica e influencias califales. Construyen
fortificaciones con torres defensivas o albarranas. Crearon una decoración
característica, consistente en unos entramados de rombos o paños de sebka que
recubrirán los muros y utilizaron, además, la cerámica vidriada, los mocárabes,
el pilar cuadrado, el arco de herradura apuntado y finas molduras o listeles.
También fueron expertos en el arte del metal.
Entre las obras dejadas por los
almohades hay que destacar:
Alminar de la Giralda (Sevilla)
Patio de los Naranjos ( Sevilla )
Arte Nazarí en Granada
En el año 1212, los cristianos
vencen a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) y aparecen
de nuevo los débiles reinos taifas. El más importante será el reino nazarí de
Granada.
La arquitectura nazarí se caracteriza por su perfecta
integración en el entorno, por la sobriedad de los exteriores, por sus formas
geométricas puras, por la sabia combinación de espacios cerrados (edificios) y
abiertos (patios) y por la profusa decoración de interiores.
Utiliza materiales
pobres como el tapial y la mampostería. Los arcos de media circunferencia peraltados y mixtilíneos, con
frecuencia se usan como decoración más que con función constructiva, dando
lugar a bellos muros-pantalla.
Las columnas nazarítas son finas y esbeltas.
Una decoración abundante recubre
zócalos, muros y bóvedas con bellas yeserías y coloristas alicatados, cuyos
motivos son los lazos, los mocárabes, los atauriques e inscripciones poéticas.
Esta decoración aporta a los edificios gran fantasía y juegos de luz y color.
Los monumentos emblemáticos son la
Alhambra de Granada y el Generalife residencia veraniega
con jardines de refrescantes fuentes.
Alhambra de Granada
Generalife, Alhambra de Granada