sábado, 16 de abril de 2016

ANDALUCÍA ISLÁMICA: AL-ANDALUS

 El Islam (el que se somete a la voluntad de Allah) nace con Mahoma en la lejana Arabia. A la muerte del Profeta en el 632 la península Arábiga está unificada, y sus primeros descendientes –los llamados califas ortodoxos o perfectos- llevaron las fronteras del Islam y la nueva religión a nuevos territorios: Egipto, Siria, Mesopotamia... en un asombroso y fulminante proceso expansivo. La conquista del título califal por la familia siria de los Omeyas llevó a estos a lugares más lejanos como España. En el año 711 y aprovechando la decadencia de los visigodos, llegan a España los musulmanes, su presencia política durará casi ochocientos años, pero su permanencia religiosa durará prácticamente hasta su expulsión definitiva a principios del siglo XVII. La influencia de esta cultura en el desarrollo de la Historia peninsular ha sido determinante. 

EVOLUCIÓN HISTÓRICA 



La conquista:
 Los musulmanes entran en la Península en el año 711 con la batalla de Guadalete.
Una vez en España se deshicieron rápidamente de los visigodos y establecieron un nuevo poder, vinculando los destinos peninsulares con los de todo el mundo musulmán durante siglos. Los visigodos no opusieron casi resistencia y los nuevos dominadores en cuatro años se hicieron con el control de la Península.
 En algunas zonas como el sureste peninsular, los dirigentes locales pactaron su rendición con los musulmanes a cambio de conservar las propiedades y la religión cristiana. La inmensa mayoría de la población se mostró indiferente ante este cambio de dueños. El peso demográfico de los recién llegados fue mínimo, se cree que no pasaron de 100.000 en un primer momento, pero lo cierto es que la inmensa mayoría de la población cambió sus nombres por los árabes y abrazó la nueva religión, en ello influyó el hecho de que los creyentes musulmanes pagaban impuestos mucho más reducidos que los cristianos. 


El emirato dependiente de Damasco (711-756):
 España, será conocida por los árabes como Al Andalus, se convierte en una provincia (emirato) más del Islam, gobernada por un emir nombrado entre los árabes del norte de África por el califa (máxima autoridad en lo político y en lo religioso del Islam) Omeya residente en Damasco. En Al Andalus fueron años de inestabilidad ante el enfrentamiento entre los árabes de sangre y los bereberes (musulmanes del norte de África). En el año 722 tuvo lugar: la batalla de Covadonga en Asturias, este
hecho de armas marcaría el inicio de la expansión de los cristianos hacia el sur. El intento de extender el Islam más allá de los Pirineos fue frenado por los francos en la batalla de Poitiers en el 732. 


 El emirato independiente (756-929):
 En el 750 la familia de los Abasidas se hace con el poder califal en Damasco tras exterminar a los Omeyas. Un príncipe Omeya superviviente –Abd-Ar-Rahman I, conocido como Abderramán en las crónicas cristianas- logra huir a la lejana Al Andalus y hacerse con el poder. Se proclama emir independiente de Bagdad, la nueva capital de los Abasidas, aunque sigue reconociendo la autoridad religiosa del califa. Esta etapa significó la consolidación y la reorganización de los musulmanes andalusíes. 



 El califato de Córdoba (929-1031):
En el año 929 Abderramán III se proclamó califa, consolidando así la independencia de Al Andalus, fue la etapa más floreciente de los musulmanes en España. Con su hijo y sucesor Al-Hakam II la civilización árabe adquiere su cenit. El máximo apogeo militar se produce en el cambio de milenio cuando Almanzor –visir del joven Hixem II- hizo retroceder a los cristianos destruyendo Santiago, Barcelona... Tras la muerte de Almanzor Al Andalus se sumerge en una etapa de desórdenes y crisis y el Estado cordobés acabaría fragmentándose en un sinfín de pequeños estados denominados taifas. 


Los reinos de taifas (1031-1090):
Tras el asesinato del último califa, Hixem III, en 1031, Al-Andalus se dividió en un mosaico de pequeños estados, algunos de ellos minúsculos, que luchaban entre sí y contra los cristianos del norte que, aprovechando su desunión avanzaron hacia el sur. Progresivamente el número de taifas fue disminuyendo ante la expansión de las más poderosas (Badajoz, Granada, Toledo, Sevilla, Valencia...). En contraste con su debilidad política se produjo un gran esplendor económico, artístico y cultural. Ante el avance amenazador de los cristianos –Alfonso VI toma Toledo en el año 1085- son conscientes de su desunión y piden ayuda a sus hermanos en la fe del norte de África. 



El dominio almorávide (1090-1145) y las segundas taifas (1145-1175):
 En Marruecos se ha formado un gran imperio dirigido por unos musulmanes de reciente conversión y de una religiosidad extremada: los almorávides. Su rey Yusuf Ibn Tashfin cruzó el Estrecho y derrotó a los cristianos en 1086 en la batalla de Zallaqah o Sagrajas, en las proximidades de Badajoz. Cuatro años después volvió a la Península y barrió a todos los reinos de taifas unificando Al Andalus e incorporándolo a su imperio norteafricano. Con todo, el poderío almorávide no pudo evitar la expansión cristiana (toma de Zaragoza en 1119) ni recuperar Toledo. El celo religioso frente al carácter más tolerante de los musulmanes españoles, así como el hundimiento de los Almorávides en África frente a un nuevo poder, los almohades, motivaron la desaparición de los almorávides y el surgimiento de nuevo de los reinos de taifas hasta el 1175. 

 Los almohades (1175-1232):
 Los segundos reinos de taifas caerán ante la llegada de los almohades, que logran unificar nuevamente Al Andalus. Su momento de máximo apogeo se produjo a finales del siglo XII. Frente al apoyo local que tuvieron los almorávides en un primer momento, los almohades no contaron con la colaboración de los musulmanes españoles que estaban cansados del intervencionismo norteafricano. Su poder se basaba en un poderoso ejército, y cuando éste sucumbió ante los reyes cristianos en 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa, se hundió también el poderío almohade. Aunque se formaron nuevamente taifas, todos serían conquistados de manera fulminante por los cristianos. El único que logró resistir fue el reino de Granada.


Reino nazarí de Granada (1236-1492):
 Debe su nombre a Muhammad Ibn Nasr, el fundador de un reino que se levantó sobre las ruinas almohades y que desde 1237 hizo de Granada su capital. Fue el último reducto musulmán en la Península y se mantendría hasta las campañas de los Reyes Católicos a finales del siglo XV. Las razones de que permaneciera casi dos siglos y medio son claras:
 • Zona muy rica que paga impuestos elevados a Castilla.
 • Potencial demográfico elevado. 
• Zonas escarpadas (Sistema Penibético) de difícil conquista. 
• Hábil diplomacia que negocia paces y treguas con los castellanos. 
• Guerras internas en Castilla en los siglos XIV y XV. El reino de Granada se extendió por las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. 



 ECONOMIA

- Agricultura:
 Era muy desarrollada. En relación con los cultivos de secano se sigue con la tradicional trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo). Los excedentes de trigo y aceite se dedicaban a la exportación, y el vino se seguía consumiendo a pesar de las prohibiciones religiosas. En cuanto al regadío surgieron huertas próximas a las ciudades, los árabes perfeccionaron los sistemas de regadío con la utilización de acequias, norias... A los musulmanes se debe la introducción del arroz, algodón, azafrán y caña de azúcar. Sobre la propiedad de la tierra, podemos decir que aumenta el latifundismo, en Andalucía los jefes visigodos huyen y sus grandes posesiones pasan a los señores árabes. El Estado era el propietario de 1/5 de las tierras, las otras cuatro partes las tenía los terratenientes que las arrendaban a los xaric, campesinos equivalentes a los siervos. El minifundismo estaba en retroceso y se daba sobre todo en las zonas de regadío.



 - Industria y comercio:
 La artesanía adquirió una importancia excepcional en un mundo urbano como fue Al Andalus. Destacaron los talleres que fabricaban artículos de lujo ante una población con un alto poder adquisitivo: marfiles, cordobanes (artículos de cuero), tejidos, brocados... 



Durante gran parte de su existencia Al Andalus controló las rutas de oro del Sudán y este oro sería la base de un sólido sistema monetario basado en el dinar de oro y el dirhem de plata, equivalente a la décima parte del dinar.. 

Las rutas comerciales iban hasta Bizancio y la India. El comercio andalusí estaba integrado en el marco general de la economía del mundo islámico.



- Urbanismo:
Desde el punto de vista urbanístico predominaban los planos irregulares y las calles estrechas para garantizar la defensa contra el calor. La parte antigua era la medina, estaba presidida por la mezquita aljama (mezquita mayor), alrededor de ella es establecía el zoco o mercado. Más allá estaban las mezquitas de barrio y los arrabales (barrios extramuros de la ciudad). En la zona alta estaba la alcazaba o palacio del gobernante. El prototipo de ciudad musulmana fue Córdoba, que llegó a tener casi medio millón de habitantes durante el califato, en marcado contraste con ciudades como Londres, París o Roma.

 Las ciudades adquirieron una importancia que no tenían desde el Imperio Romano, y contrastaban con las ciudades cristianas que eran insignificantes. En Al Andalus se crearon nuevas ciudades (Murcia, Guadalajara, Albacete, Madrid...) y crecieron otras anteriores (Sevilla, Badajoz, Zaragoza...). 

Eran importantes como centros industriales, donde estaban los talleres artesanales, eran también la base del comercio a larga y corta distancia, que se realizaba en los zocos.

SOCIEDAD

- La población:
No se tienen muchos datos sobre la población, se cree que los aportes exteriores no pasaron en todo el desarrollo histórico de 200.000 habitantes, la población total anduvo sobre los siete millones en el siglo X. Como hemos visto la población se concentró en ciudades, aunque el campo también estaba muy poblado. La zona más habitada era el valle del Guadalquivir, y la más despoblada el valle del Duero, expuesto a los ataques cristianos.

 -Los grupos étnicos:
 Había una gran variedad y estaban muy jerarquizados, a pesar del igualitarismo predicado por la religión islámica. Veamos los grupos más importantes:
 • Árabes: Proceden de Arabia, Siria y zonas próximas. Se consideran próximos al Profeta y forman una selecta minoría de gobernantes, guerreros y terratenientes. No sobrepasan el 1 %. 
• Bereberes: Son la mayoría de los invasores y provienen del norte de África. Poseen las tierras más pobres. Serán frecuentes sus rebeliones contra los árabes
. • Judíos: Son una pequeña minoría que se dedican al comercio, a la medicina y a la usura. Viven sobre todo en las ciudades.
 • Hispanovisigodos: Son el 98 % de la población, según su actitud ante la nueva religión se clasifican en: muladíes o conversos al Islam, es la mayoría; y mozárabes o cristianos que viven bajo el Islam y pagan un tributo a los musulmanes. Socialmente es la clase más baja.

 -Estructura social:
 Desde el punto de vista social vemos una clase dirigente constituida por la nobleza de sangre, casi siempre de origen árabe, y una nobleza que adquirió ese estatus al servicio del Estado. La nobleza acapara los principales cargos públicos y es la dueña de casi todas las tierras. Frente a esta clase dirigente y propietaria encontramos una clase no privilegiada que engloba a la burguesía urbana (artesanos, comerciantes y profesionales liberales), las masas urbanas que han huido del campo, los muladíes y los esclavos, entre estos últimos son frecuentes las revueltas.

 El poder político:
 A la cabeza del estado se encontraba el emir o califa que fue consolidando su poder haciéndose totalmente independiente de Oriente, y los diversos reyes en los reinos de taifas. Siempre el poder se desarrolló de una manera absoluta, el gobernante concentraba en su persona todos los poderes: civil, militar, religioso... El poder del gobernante descansaba sobre una bien organizada administración copiada de Oriente y con el palacio como núcleo de poder. 
Los funcionarios más importantes eran: los valíes o gobernantes provinciales, el visir o primer ministro, los amires o jefes del ejército... en las ciudades el cadí o juez, zalmedina o policía... Para pagar a toda la administración se contaba con un eficaz sistema de recaudación de impuestos, los musulmanes pagaban el zaqat o limosna legal, y los cristianos y judíos el jarach y la chizya en concepto de protección. 
Para garantizar la seguridad frente a un ataque exterior, y para extender las fronteras, se contaba con un poderoso ejército que fue reestructurado por Almanzor, con él se iniciaba en primavera, las razzias o expediciones de castigo y saqueo contra los cristianos, este ejército se acantonaba en las marcas o zonas fronterizas con los reinos del norte.

El mundo de la cultura y el saber
La cultura musulmana se caracteriza por recopilar y sinterizar elementos de los pueblos sometidos. En Al Andalus se adoptó el árabe como lengua y se integró en el mundo intelectual de Oriente. El papel fundamental que desarrollaron los musulmanes españoles fue servir de puente para que la cultura oriental entrase en Europa. También recopiló textos clásicos perdidos. En tiempos del califa Al-Hakam II Córdoba era la ciudad más famosa del mundo conocido por su brillo cultural y su espíritu de tolerancia, en esta época se escribieron un gran número de obras de literatura, astronomía, matemáticas... Durante la época de los taifas se producirá un nuevo brillo cultural, de esta época es Ibn Hazm, autor del El collar de la paloma, un tratado sobre el amor.

 En el siglo XII destacaron grandes pensadores como Averróes (que reinterpretó y acercó Aristóteles a Europa)

 y el judío Maimónides, autor de tratados de medicina que influirían mucho en el mundo cristiano.


ARQUITECTURA
Está integrada en el arte oriental, pero aceptando elementos autóctonos. Dos tipos de edificio serán los más importantes: la mezquita y el palacio. Entre las mezquitas la más importante es la de Córdoba, construida durante el emirato y el califato.


 Utilizan los arcos, las columnas y la bóveda. En la arquitectura musulmana tiene mucha importancia la decoración que reviste el edificio con tres tipos de motivos: epigráficos (la grafía árabe), vegetales y geométricos.





 En cuanto a la utilización de materiales destacan desde los más nobles (mármoles, sillares...) hasta los más pobres (yeso, azulejo...) pero revestidos con gran magnificiencia.

 En cuanto a la construcción de palacios se adaptan a la naturaleza, se desarrollan en torno a patios y el jardín y el agua son fundamentales. El más destacado, pero no el único, es el de la Alhambra de Granada, realizado principalmente entre los siglos XIV y XV. 



MONUMENTOS A DESTACAR

ARTE CALIFAL 
El arte califal toma elementos del arte romano y visigodo: sus construcciones se superponen sobre edificios anteriores; utiliza materiales de acarreo como columnas, capiteles, etc., de antiguos monumentos hispánicos; asume sistemas constructivos romanos y adopta el arco de herradura visigodo, enmarcado por una moldura o alfiz. Del arte bizantino recoge el lujo y colorido de los mosaicos. 

Mezquita Aljama de Córdoba 

Medina Azahara Córdoba 



Alminar iglesia de San Juan ( Córdoba )

Mezquita de Almonaster (Huelva)

Influencias Norte Africanas : Almohades y Almorávides

El avance de los cristianos y la rivalidad entre los reyes taifas favoreció el dominio en Al Andalus de pueblos islámicos del norte de África: los almorávides, en el siglo XI y de los almohades en el XII.

Los almorávides generalizan la decoración de mocárabes, especie de estalactitas de yeso, un alfiz que corta los lados de los arcos, el pilar y unas bóvedas de nervios finos o caladas, además de un tipo de residencia con jardines y estanques que son precedentes de los granadinos. En Andalucía se conservan pocos restos almorávides.

El dominio almohade dejó en Al Andalus una profunda huella y una evidente unidad con el norte de África. En el arte se advierte una pureza de líneas, acorde con la ortodoxia de la fe islámica e influencias califales. Construyen  fortificaciones con torres defensivas o albarranas. Crearon una decoración característica, consistente en unos entramados de rombos o paños de sebka que recubrirán los muros y utilizaron, además, la cerámica vidriada, los mocárabes, el pilar cuadrado, el arco de herradura apuntado y finas molduras o listeles. También fueron expertos en el arte del metal.

Entre las obras dejadas por los almohades hay que destacar:
Alminar de la Giralda (Sevilla)

Patio de los Naranjos ( Sevilla )

Arte Nazarí en Granada

En el año 1212, los cristianos vencen a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) y aparecen de nuevo los débiles reinos taifas. El más importante será el reino nazarí de Granada.
La arquitectura nazarí se caracteriza por su perfecta integración en el entorno, por la sobriedad de los exteriores, por sus formas geométricas puras, por la sabia combinación de espacios cerrados (edificios) y abiertos (patios) y por la profusa decoración de interiores. 
Utiliza materiales pobres como el tapial y la mampostería. Los arcos de media circunferencia peraltados y mixtilíneos, con frecuencia se usan como decoración más que con función constructiva, dando lugar a bellos muros-pantalla.
 Las columnas nazarítas son finas y esbeltas. Una  decoración abundante recubre zócalos, muros y bóvedas con bellas yeserías y coloristas alicatados, cuyos motivos son los lazos, los mocárabes, los atauriques e inscripciones poéticas.
 Esta decoración aporta a los edificios gran fantasía  y juegos de luz y color. 

Los monumentos emblemáticos son la Alhambra de Granada y el Generalife  residencia veraniega con jardines de refrescantes fuentes.

Alhambra de Granada

Generalife, Alhambra de Granada















viernes, 8 de abril de 2016

LA ANDALUCÍA ISLÁMICA: AL-ANDALUS

En el año 711, los musulmanes del norte de África penetran en la península Ibérica venciendo a los visigodos en la batalla de Guadalete. Así se inicia la historia de Al-Andalus que terminará en 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Los siete siglos de permanencia de los musulmanes dejarán una profunda huella islámica en la cultura hispánica.

Los musulmanes crean un arte propio e inconfundible que se caracteriza por la fusión de rasgos clásicos, bizantinos, persas, cristianos y de cada uno de los pueblos que dominaron, logrando originales y bellas síntesis.

             Urbanismo y arquitectura
La ciudad fue el núcleo de la civilización islámica. Se sitúa en lugares estratégicos y su trazado es irregular con calles estrechas. El corazón de la ciudad es la medina, recinto amurallado, en la que se ubicaban los edificios oficiales y de uso colectivo: la mezquita mayor o aljama, el palacio o alcázar, el zoco o mercado o los baños. Las casas musulmanas son  intimistas con un patio interior y apenas huecos hacia la calle. Fuera de las murallas se situaban los arrabales, barrios autónomos de judíos o cristianos, oratorios al aire libre, lugares de esparcimiento y los cementerios. En torno a la ciudad se extendía una zona de huertas y casas de campo.

La vida musulmana gira en torno a los preceptos coránicos, especialmente la oración común de los viernes (día sagrado), así, la mezquita será el eje del arte islámico. Otras construcciones monumentales son los baños públicos (hammam), los mercados (alhóndigas), las escuelas coránicas (madrazas), los palacios y residencias señoriales (alcázares, almunias) y fortificaciones defensivas (murallas y alcazabas).

Los edificios suelen ser de poca altura, integrados armónicamente en el paisaje o inscritos en el laberíntico trazado urbano. Muestran gran sobriedad exterior reservando el lujo para los interiores. Utilizan materiales pobres (ladrillo, tapial, yeso y madera). Se da un predominio de los volúmenes geométricos, de contenido simbólico, destacando el cubo y la esfera. Los soportes son muros gruesos, columnas y pilares.


Emplean gran variedad de arcos, entre ellos destaca el  de herradura de herencia visigoda y otros como el peraltado, el polilobulado, etc. Las cubiertas presentan gran variación, usando techumbres planas o abovedadas y es singular, la creación en Córdoba, de la bóveda califal o de nervios que no se cruzan en el centro.



Córdoba

La decoración arquitectónica, abundante en interiores repite una temática de motivos vegetales estilizados (atauriques), cintas entrecruzadas (lacerías), alicatados de cerámica vidriada e inscripciones en escritura cúfica (recta) o nasjí (cursiva).


Ataurique ( Granada )


Lacerías ( Alhambra, Granada )


Caligrafía Cúfica


Escritura Nasjí (La Alhambra)

La escultura y la pintura islámicas son escasas,  en La Alhambra de Granada hay dos curiosas muestras de ambas: los leones de la fuente del Patio de los Leones  y las pinturas de la Sala de los Reyes 

















ANDALUCÍA VISIGODA

                            EL ARTE VISIGODO EN ANDALUCÍA


El arte visigodo nace a partir del siglo VI, teniendo como referentes el arte paleocristiano y aportaciones orientales y africanas. Se va a consolidar sobre todo en Andalucía extendiéndose desde Sevilla y Córdoba hacia Mérida y Toledo.


Arquitectura

Los restos escultóricos en Andalucía datan del siglo V al VII. Y se reducen a relieves, en los que se advierten técnicas orientales de labrados a bisel que aportan claridad espacial y carácter plano al conjunto. En general son piezas relacionadas con la arquitectura, como capiteles, pilas bautismales, canceles, etc.
Los temas decorativos son variados, utilizándose motivos geométricos (cenefas, círculos secantes), vegetales (hojas de acanto, palmeras, espigas), simbólicos (la cruz, el crismón) y figurativos (escenas de la Biblia o del Evangelio). Algunas piezas a destacar son: el cancel de la mezquita de Almonaster  (Huelva), los frontales de los sarcófagos de Écija  y Alcaudete (Jaén) y la pila bautismal del Museo Arqueológico de Sevilla.

Almonaster (Huelva)

Écija

Jaén


También es muy importante la orfebrería visigoda, que en Andalucía se ejemplifica con el Tesoro de Torredonjimeno (Jaén), hoy repartido entre varios museos que incluye el Museo Arqueológico de Córdoba. El tesoro de influencia bizantina, se compone de coronas de reyes, pequeñas cruces y engarces de cadenetas. El material empleado es el oro, las piedras semipreciosas engastadas en grandes cabujones y el esmalte. Una técnica de orfebrería que confiere al tesoro gran sobriedad, solidez y rico colorido.



ARTE PALEOCRISTIANO

El Cristianismo surge en  Palestina en el siglo I y su difusión se hará a través del Imperio Romano. Al principio es perseguido por las autoridades romanas y se practica de forma clandestina en las catacumbas.
 Durante esta etapa el Cristianismo rehuye las imágenes, por la  influencia judía que no admite representaciones de su Dios. Así, los primitivos cristianos  sólo se valen de símbolos como el pez, el pan o el cordero y más adelante aparecen imágenes que representan temas del Antiguo y Nuevo Testamento, con el fin de transmitir a los fieles el mensaje de Cristo.
 Con el fin de la clandestinidad, un arte Cristiano, elaborado en talleres artesanales, creadores de unas imágenes y temática dirigidas a satisfacer las necesidades de los cristianos. En principio, el arte cristiano toma como modelo el arte romano.



       ARTE   PALEOCRISTIANO  EN  ANDALUCÍA

El legado paleocristiano andaluz es pobre, reduciéndose a restos incompletos  y  piezas descontextualizadas. Una de las representaciones de Cristo más antigua es la imagen de un pastor con un carnero sobre los hombros. En Andalucía se conservan tres ejemplares de que se fechan en el siglo IV: el de la Casa de Pilatos de Sevilla, el más bello y mejor conservado. Los otros dos ejemplares se encontraron en Gádor  y se conservan en el Museo Provincial de Almería. 



      Sarcófagos paleocristianos 

  La creencia en la resurrección de los muertos llevó a los cristianos a generalizar la inhumación en el enterramiento de sus difuntos, abandonando la incineración practicada por los romanos. Los cristianos ricos se construyen lujosos sarcófagos (recipientes para los cadáveres), de mármol o piedra, que con frecuencia importan de Roma y en otras ocasiones se realizan en talleres locales. En España se conservan alrededor de 30 sarcófagos, completos o fragmentados, muchos de los cuales proceden de Andalucía. 
    
Estos sarcófagos estaban bellamente decorados, en los frentes, los laterales e incluso en las tapas. Su contenido estaba relacionado con los ritos funerarios y la vida eterna.  En Andalucía se conservan varios ejemplares, entre ellos destacan el  sarcófago de Carteia en el Museo de Cádiz, el sarcófago del Museo de Córdoba y el sarcófago de Martos (Jaén).

CÁDIZ

CÓRDOBA

JAÉN